Es casi seguro que la elección de Donald Trump como el 47.º presidente de Estados Unidos esta semana conduzca a otra guerra comercial con China y a más aranceles a las importaciones estadounidenses. Durante la campaña, Trump dijo que su palabra favorita era arancel y propuso un arancel universal de 10% y derechos específicos a las importaciones chinas de hasta 60%.
La política comercial en Estados Unidos se ha complicado durante este siglo, principalmente porque la desindustrialización en el Cinturón del Óxido ha costado muchas fábricas y empleos. El consenso sobre el libre comercio de los años 1990 que llevó al TLCAN y a China a unirse a la Organización Mundial del Comercio en 2001 está muerto, pero no debería pasarse por alto…